El bombo resucita del Ebro en un acto lleno de Orgullo

El Bombo ha vuelto a emerger esta tarde de las aguas del río Ebro. Tras más de un año sumergido en las aguas del río mirandés, el bombo resucitaba pasadas las 18 horas desatando la euforia de innumerables de mirandeses que aguardaban al otro lado del río para recibirlo al grito de «¡Ese bombo!».

Y es que, como marca la tradición, el Bombazo ha marcado el arranque oficioso de las fiestas de San Juan del Monte 2025. Lo ha hecho en una abarrotada plaza de España a la que los sanjuaneros mayores han saludado al filo de las 18:30 horas. Luisito y Henar, visiblemente emocionados, han hecho estallar la Plaza de España en una explosión de júbilo, ruido y color.

La Orden del Bombo, fiel a su cita, ha sido la encargada de rescatar el instrumento, que ha iniciado su camino hacia la balconada de la Casa Consistorial acompañado por la Orden del Santo, la junta directiva de la Cofradía y los bombistas mayores de las cuadrillas. «Muy emocionados», Luisito y Henar han vivido el Bombazo como un torbellino emocional, entre lágrimas, cánticos y abrazos.

«No sabes ni lo que te esperas y es más, es mucho más», explicaban. Ambos han coincidido en que repetirían la experiencia «una y mil veces más». No en vano, su entusiasmo ha echado abajo la histórica plaza mirandesa donde centenares de sanjuaneros aguardaban la llegada del bombo. Y cuando se ha producido el esperado momento, la plaza, que lleva tiempo, calentando motores, ha estallado de júbilo.

Los sanjuaneros mayores han aprovechado su altavoz para clamar por San Juan y sus tradiciones. Por su parte, Luisito no ha dudado en reivindicar su identidad desde el altavoz gritando un rotundo «¡Arriba la pluma!». Un gesto de visibilidad y orgullo que ha resonado con fuerza entre el público.

No ha faltado tampoco el guiño al Club Deportivo Mirandés, que por primera vez en su histpria está en disposición de lograr un ascenso histórico a Primera División. «Sería redondo ser los sanjuaneros del año que el Mirandés sube», confesaba Henar entre risas. Porque soñar —en Miranda— siempre está permitido.

La emoción ha continuado con la tradicional Salve Popular en la Iglesia de Santa María, donde se ha impuesto el pañuelo sanjuanero a la Virgen de Altamira. Este gesto, cargado de devoción, simboliza la conexión entre lo festivo y lo espiritual que caracteriza las celebraciones sanjuaneras.

En paralelo, la ciudad ha continuado desbordando alegría en un ambiente donde la música, sobre todo de charanga, ha mantenido a centenares de personas en la Plaza de España mucho después del Bombazo. Las cuadrillas han seguido la fiesta por las calles de Miranda en un ambiente de desenfreno que no tendrá fin hasta pasado el martes, 10 de junio.

Y así ha comenzado una de las fiestas más queridas de la ciudad. Culminará el próximo martes con el tradicional día de San Juanín, tras la esperada romería del Lunes de Pentecostés al monte de San Juan.

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