77 alumnos de Terapia Ocupacional estudian las necesidades de los mayores en residencias rurales de Burgos

Un total de 77 estudiantes de la asignatura 'Recursos y Herramientas de la Terapia Ocupacional', impartida por la profesora María Yolanda González Alonso en el Grado en Terapia Ocupacional, han participado en el proyecto de Aprendizaje-Servicio 'Relación y ocupación para el bienestar' que ha tenido por finalidad favorecer las relaciones y la ocupación de las personas mayores institucionalizadas en la zona rural, detectando sus necesidades y desarrollando interacciones y actividades intergeneracionales que permitan generar bienestar y salud.

A lo largo del curso, los estudiantes han visitado un total de 12 residencias para personas mayores en la provincia de Burgos (en Villadiego, Belorado, Briviesca, Miranda de Ebro, Lerma, Santa María del Campo, Modúbar de San Cebrián, Celada del Camino, San Mamés, Villagonzalo de Pedernales, Villatoro y Pradoluengo), en las que han puesto en marcha varias actividades con la finalidad de mejorar el bienestar de los residentes y su calidad de vida.

Los alumnos se dividieron en 16 grupos de trabajo y, después de reflexionar sobre las necesidades del colectivo de mayores y diseñar la primera actuación, cada grupo acudió a una residencia. Allí se realizaron tres visitas, las dos primeras para trabajar de manera individual con diferentes personas y la última de forma grupal.

En el primer encuentro los estudiantes conocieron las instalaciones y se relacionaron con todas las personas, para centrarse después, cada uno de ellos, en una persona mayor en concreto con la que interactuaron y mantuvieron una conversación con el fin de identificar sus necesidades. Cada alumno realizó una pequeña entrevista al residente, previamente elaborada en clase, y observó alguna actividad sencilla que la persona llevaba a cabo. Con toda esa información recogida, en clase prepararon la segunda visita, más centrada en cada persona concreta con la que se aplicarían habilidades de relación través de una comunicación más personal e individualizada. Así, cada estudiante pasó un tipo de prueba específica y personalizada a la persona mayor con la que trabajaba y, en base a los resultados obtenidos, diseñaron después actividades concretas centradas en la tarea que el mayor ya realizaba. En la tercera vista entregaron a cada persona la actividad específica pensada para ella, con el fin de que pudiera llevarla a cabo en su vida diaria, y realizaron un taller grupal con todos los residentes en el que pudieron en práctica, entre todos, las distintas actividades pensadas para cada residente.

Las residencias han expresado su satisfacción e interés en participar de nuevo en el proyecto el próximo curso. Además, la mayoría demanda más días de actividad y expresa la importancia que tienen las relaciones intergeneracionales. De este modo, y aunque el traslado de los estudiantes al ámbito rural suele generar dificultades, el proyecto seguirá llevándose a cabo con la intención de incluir alguna residencia más el próximo curso.

Por su parte, el estudiantado se ha mostrado muy satisfecho y motivado con la experiencia, ya que han podido mantener un contacto directo con el colectivo de mayores y trabajar competencias básicas de la Terapia Ocupacional. Y por parte del personal de las residencias, señalan que «tanto los residentes como los mayores mostraban mucho interés, es un proyecto muy bonito y que genera mucha satisfacción», así como que «es un proyecto que beneficia a los residentes ya que les gusta hablar de su juventud y para los estudiantes es bueno que desde el primer curso vean cómo, gracias a su trabajo, los residentes se sienten válidos y cómo disfrutan de estas pequeñas actividades».

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